Como bien sabemos, las redes sociales constituyen un gran medio gracias al cual poder acercarse a muchísimas personas y darse a conocer a todo el mundo. Esto puede ser muy positivo si se realiza una correcta gestión de las redes sociales. Pero también tiene la parte negativa, y es que, si alguien no está contento o tiene alguna queja, esta enseguida vuela por la red y puede perjudicar a la marca. En esos casos es importante saber actuar de la mejor manera. Y algo así es lo que le sucedió a Boeing.
El caso Boeing empieza cuando un inocente niño de 8 años llamado Harry Winsor, escribe a la compañía Boeing proponiendo un modelo de avión que podría apagar fuegos. Este niño es un apasionado de los aviones y quería ayudar a la compañía desde su buena fe e inocencia. Cuando Boeing recibió ese escrito, le enviaron una carta de manual, donde en ningún momento se pararon a pensar en que era un niño, y por lo tanto, la sensibilidad brilla por su ausencia en ese escrito que le envían.
Es entonces cuando empieza todo el revuelo, pues el padre del niño decide explicar todo lo sucedido en su blog y twitter. Y aquí es donde se demuestra el poder de las redes sociales, pues enseguida todo el mundo sabia de lo ocurrido, y esto alarmó a la compañía Boeing.
Entonces, para solucionar el problema de la mejor manera posible, Todd Blecher, el director de comunicaciones, decide comentar personalmente en el blog del padre de Harry, pidiéndole disculpas e invitándolos a un tour por Boeing. Concretamente le escribió: “Somos expertos en aviones pero novatos en redes sociales. Estamos aprendiendo como hacerlo.”
Sin duda, un acto muy acertado y una respuesta, esta vez sí, llena de sensibilidad. Vemos casi a diario buenos gestos de las empresas en redes sociales como es el caso del Facebook de Optimissa, la cuenta de Twitter de Movistar o la gestión que hacen de Whatsapp muchos taxistas de nuestro país. Ahora bien, también vemos a diario fallos garrafales que perjudican enormemente a la reputación online de las empresas.