Existe un ejercicio realizado en numerosos entornos de trabajo, con el que se busca fomentar la cercanía y familiaridad entre los profesionales de una plantilla de trabajo. Consiste en recordar las primeras direcciones de correo electrónicas creadas.
Este ejercicio, en el que en la mayoría de los casos se junta la vergüenza con el asombro del desconocimiento virtual, viene a demostrar que las acciones realizadas en el pasado en Internet no siempre reflejan nuestra verdadera identidad. Es el equivalente a indicar que, como resulta obvio, todos nos equivocamos.
El pasado digital y la reputación online
Un caso similar se planteó a Twitter cuando se le solicitó no hará hace muchos años, que los tweets no se pudieran borrar. La red social argumentó que el temor a publicar algo incorrecto para algunas visiones, impediría a todos los usuarios publicar contenido y sería el final de Twitter.
Lo que se defendía en este caso por parte de la red de microblogging era permitir construir nuestro propio pasado digital, eliminando aquello que no queremos que nos represente actualmente.
El pasado digital influye directamente en nuestra reputación online y puede hacerlo tanto de forma positiva como negativa. Ante una estrategia de conservación y/o mejora de la reputación online, revisar este pasado debe ser una de las primeras acciones.
En aquellos entornos en los que tengamos perfiles públicos que no deseemos que sigan estando activos, la mejor acción es eliminarlos intentando entrar de la forma que nos sea posible.
Una vez eliminados, sería prudente esperar a que la desindexación se haya hecho efectiva en los buscadores, dado que la acción no tiene por qué ser inmediata.
Debemos tener en cuenta, además, que este pasado digital no tiene por qué venir únicamente de resultados de búsqueda, sino que puede estar relacionado con imágenes o vídeos.
Cuando viene desde el apartado de Noticias es cuando tenemos el problema de reputación online más clásico y conocido de todos. No obstante, en la mayoría de estos casos los resultados son temporales, si se crean nuevas informaciones que puedan ser identificadas por el buscador como noticias más recientes.
El problema más grave puede venir cuando un resultado de nuestro pasado digital nos vincula directamente y resulta negativo o, cuanto menos, poco apropiado y no podemos eliminarlo directamente. En estos casos hay que valorar la situación, si vale la pena ponerse en contacto con los responsables de la información con el fin de buscar su eliminación o si, por otro lado, podemos competir contra estos resultados mediante estrategias SEO de reputación online.