Una start up es una empresa tecnológica que enfoca su línea de negocio normalmente a una especialidad sectorial.
Muchas de estas compañías tienen una alta capacidad para impulsarse en el mercado y obtener en poco tiempo rentabilidad y reconocimiento.
Como al resto de empresas del mundo, la reputación online es un factor condicionante, por lo que se debe cuidar todo lo posible. Sin embargo, hay algunas diferencias a tener en cuenta cuando la gestión está relacionada con este tipo de compañías.
Una start up debe reaccionar más rápidamente
El ritmo de una start up es mucho más rápido al de una empresa corriente. Su vinculación a las nuevas tecnologías y la viralidad que pueden alcanzar sus servicios, la ponen en una posición de cambio constante e impulso acelerado.
El problema en esta situación es que también la reputación online y sus efectos van más deprisa que con otro tipo de empresas. Por tanto, si sucede una crisis o algún contratiempo que pueda afectar en este sentido, es necesario actuar lo más deprisa posible.
Una mala gestión de la reputación online, por ejemplo con demasiada lentitud a la hora de reaccionar, puede implicar la pérdida irremediable de clientes o incluso dinamitar el futuro de la start up para siempre.
Ofrecer una total transparencia
Por lo general, las starts up son de reciente creación. Conforme avanzan en el mercado suelen transformar su infraestructura y convertirse en otro tipo de empresas o incluso ser absorbidas por otras más grandes.
Por tanto, siendo una start up probablemente tengamos resultados económicos modestos y tomemos decisiones estratégicas no del todo acertadas. Ser transparentes en este sentido es importante, dado que tanto clientes como inversores van a considerar lógico este tipo de situaciones.
Sin embargo, el engaño no es perdonado con tanta facilidad. Una start up que no ha sido transparente en la toma de decisiones o bien en su contabilidad, pierde la confianza y se enfrasca en una crisis de reputación online que difícilmente será superada.
Mantener a los clientes es máxima prioridad
Como indicamos, una start up suele tener unos inicios modestos. Por tanto, cualquier cliente registrado en esta primera etapa de su crecimiento constituye máxima prioridad. No se puede perder.
Por tanto, la reputación online se convierte en uno de los principales focos de atención para la compañía, pues representa un gran aliado, pero también un enorme riesgo. Una crisis o incluso una mera crítica negativa puede acarrear pérdida de clientes, en un momento crucial para la start up.