En la mayoría de situaciones, la reputación online se gestiona sobre una existencia previa, ya sea una crisis o una situación estable (ya sea óptima o no).
Pero si nos paramos a analizar, es algo más complejo identificar el origen de esa reputación online. Sin embargo, es algo clave para cualquier nueva empresa o producto, ya que significa que debemos decidir si tomamos parte activa en ello o dejamos que fluya.
¿La reputación online se crea?
Podemos crear nuestra reputación online o, como mínimo, intentar crearla mediante acciones promocionales en la Red, que van desde el desarrollo de la web oficial hasta las primeras publicaciones en redes sociales.
No tenemos garantizado (salvo que contemos con profesionales especializados y a veces así es complejo) que vayamos a tener la reputación online que nos interesa. Pero al menos sí que tomaremos el control de los primeros compases de su creación, independientemente de dónde nos lleve.
¿La reputación online se recibe?
En muchos casos la reputación online es generada por una comunidad de usuarios que ni siquiera hemos buscado expresamente.
Es el caso de muchos comercios y establecimientos que están abiertos desde tiempos anteriores a Internet o que, aunque existiese, no se preocuparon por su presencia digital.
Los usuarios hoy en día comentan, critican y recomiendan (o no) la visita como clientes a cualquier sitio al que hayan ido.
A veces simplemente opinan sobre publicaciones informativas de una empresa, generando con ello una tendencia en redes sociales y otros medios digitales, que va construyendo una reputación online, que finalmente recibe la empresa.
Conclusión, la reputación online se trabaja
La diferencia es clave. Mientras que la reputación online creada depende directamente de la empresa y solo hay una oportunidad para ello, la reputación online recibida se construye por parte de los usuarios y/o clientes y está en continua transformación.
Por tanto, lo más importante es que la reputación online se trabaje, que no la dejemos a su aire porque, aunque sea construida, transformada y modificada por los usuarios, siempre podemos comenzar a gestionarla y dirigirla hacia nuestros objetivos.
¿Y si la reputación online no existe?
Está la posibilidad (remota, pero real) de que se sufra carencia de reputación online, por no tener relevante presencia en Internet y no haberla trabajado aunque la empresa tenga antigüedad.
¡Es una ocasión perfecta! Contrata un servicio profesional de reputación online, que aproveche la experiencia de la empresa para crear una imagen digital que se convierta en referente en su sector para los usuarios que la descubren ahora.