Ha sido ampliamente tratado el caso de Guardiola, fichaje fugaz del filial del Barcelona que a las pocas horas fue rescindido en base a unas acusaciones al club realizadas a través de su perfil en Twitter. Sin entrar más en profundidad en este caso, que ya de por sí daría para un amplio debate sobre la libertad de expresión y las responsabilidades en publicaciones sociales, lo que sí queda patente una vez más es la necesidad de tener muy en cuenta los perfiles en una red social para cualquier situación cotidiana, sobre todo cuando afecta a nuestra reputación online.
Dicha reputación la construye cada usuario en base a todas y cada una de sus publicaciones. Por esa razón, se exige continuamente por parte de los profesionales del sector un concienciación sobre aquello que se publica, que se defiende y que se ataca de forma pública ya no sólo entre un círculo de amigos, sino muchas veces por falta de restringir la privacidad del perfil, también a miles de millones de usuarios.
Por esa razón en este artículo intentamos transmitir la necesidad de revisar la reputación online en cada momento antes de dar un paso más a nivel profesional o incluso personal. Esta revisión debería efectuarse en base a un análisis básico sobre nuestra actuación en las redes sociales, sobre todo en aquellos entornos que estén o hayan estado expuestos a usuarios desconocidos.
La primera acción, también la más conocida, es buscar nuestro propio nombre o el de nuestra empresa, marca o producto en Internet y comprobar que los resultados que aparecen no atentan contra nuestra reputación online, en cuyo caso estaríamos ante lo que se denomina «crisis» y deberíamos iniciar varias estrategias para resolverla, muchas de ellas explicadas en este blog.
A continuación es preciso buscar en redes sociales nuestras propias publicaciones. En caso de no estar seguros de lo publicado con anterioridad, es preferible bloquear el acceso únicamente a usuarios conocidos, para evitar cualquier riesgo de mostrar información sensible a nuestros intereses tanto personales como profesionales. De hecho, si mantenemos dicha privacidad desde un inicio, esta revisión no será necesaria en el futuro.
Y, finalmente, debe revisarse lo que se dice de nosotros en Internet, sobre todo en empresas en las que hayamos trabajado o profesionales que hayan tenido la oportunidad de colaborar con nosotros. Es el equivalente digital a las referencias, con la diferencia de que aquí se pueden exponer sin solicitarlas. LinkedIn es, en este sentido, una red profesional que deben vigilarse muy de cerca, tanto en la búsqueda de un trabajo como por la posible obtención de un cliente, que podría revisar el perfil de nuestra empresa para asegurarse de nuestra fiabilidad.