Relacionamos normalmente reputación online con rentabilidad empresarial. Y no es desacertado, pero lo cierto es que la presencia en Internet no se limita solo a cómo va a afectar a una compañía, sino que tiene muchos más aspectos a tener en cuenta.
Uno de los más importantes es en el ámbito personal. Cualquier publicación en Internet, nuestra o sobre nosotros, va a afectar a la reputación online que tengamos y esta, a su vez, puede tener consecuencias importantes si existe una mala gestión de estas publicaciones.
Repasamos en este artículo las consecuencias más importantes de una mala gestión de reputación online personal.
Consecuencias laborales por mala reputación online
Cuando hablamos de mala reputación online, nos referimos a aquella que puede ser negativa, dañina o está mal planteada. Por ejemplo, una fotografía nuestra en la playa no parece ser negativa, pero si la publicamos habiendo dicho en el trabajo que estamos enfermos, decididamente es una mala gestión.
Las consecuencias laborales de estas acciones, junto a muchas más son, pérdida de trabajo actual, obstáculos para encontrar nuevos empleos o pérdida de clientes e inversores si la empresa es nuestra.
Así que, como puede verse, es un aspecto clave para nuestro futuro profesional y al que deberíamos otorgar máxima importancia.
Consecuencias personales por una reputación online descubierta
La intimidad y/o privacidad de las personas está ante un reto importante con respecto a la reputación online.
Una mala gestión de nuestra privacidad, puede exponer facetas de nuestra vida que nos gustaría que hubieran quedado siempre en el ámbito íntimo y personal, sin que no lo conociera quien no queremos.
Las consecuencias a este nivel no son económicamente tan determinantes y, sin embargo, son muy importantes personalmente. Hablamos de pérdida de amigos, conflictos familiares y riesgo de exclusión social, dependiendo de las acciones publicadas en Internet.
Consecuencias psicológicas de una mala reputación online
En las redes sociales se están planteando eliminar los contadores de interacciones sobre publicaciones realizadas.
El motivo de esta decisión es que se está identificando una relación entre el impacto conseguido con una publicación y el estado de ánimo de la persona.
Una mala reputación online derivada de publicaciones que generan rechazo social, puede provocar depresión, angustia, ansiedad y tristeza, entre otros muchos efectos para los usuarios que sufran por ello.
Publicar una sola cosa en Internet, debe tener una base de análisis previa, para identificar tanto las consecuencias psicológicas que va a tener con respecto a nosotros, como también qué puede suponer para el resto de usuarios que vayan a tener acceso a ello.