Como en muchas otras facetas del marketing digital, la reputación online se corresponde en gran medida con la reputación en la vida real. Tanto a nivel personal como profesional, reflejamos ante los demás una personalidad única, que es la que dictaminará en muchas ocasiones nuestra reputación.
En el entorno digital, esto que parece obvio, no siempre es tan cuidado como debería. Sin embargo, es casi más importante fijarse de forma muy concreta en qué estamos publicando digitalmente, ya que su repercusión puede ser muchísimo mayor que lo que digamos en una reunión de negocios o en una conversación entre amigos.
De esta forma, el community manager se plantea como una figura imprescindible para definir la estrategia de personalidad que queremos reflejar. No hay que caer en el error de querer ser alguien distinto en la Red del que se es profesionalmente en la vida real. Pero no por ello, debemos publicar únicamente lo que fuéramos a decir de viva voz.
La publicación de contenido social en Facebook, Twitter y demás redes sociales, así como el contenido de nuestra web oficial o tienda online debe combinar una personalidad atractiva desde el punto de vista del usuario, un estilo propio que no traicione la marca ni la filosofía de la empresa, así como también unas reglas lingüísticas que se enmarquen de forma adecuada en cada entorno social, pues no es lo mismo publicar un tweet en Twitter que un estado en Facebook.
De forma más detallada, así podríamos construir de forma adecuada una personalidad digital que fomente una buena reputación online:
1) Viralidad. La publicación de contenido viral puede ser muy diferente según el tipo de empresa que se trate. De esta forma, tenemos la opción de ser simpáticos, ser divertidos o ser neutrales, por ejemplo saludando todos los días, anunciando el principio y el fin de la semana, así como solidarizándonos con días señalados en el calendario.
2) Estilo propio. El sinsentido de intentar ser divertido cuando nuestro negocio está apartado de ello de forma más o menos clara, traiciona directamente la personalidad de nuestro negocio. Debemos publicar contenido en base al estilo de nuestra empresa, en la medida de lo posible directamente relacionado. Puede ser con noticias del sector o novedades que puedan ser del interés principalmente de nuestros usuarios. La vinculación con contenido de actualidad que no tiene que ver con nosotros, de poco servirá para construir una comunidad online afín a nuestros intereses.
3) Reglas lingüísticas. Si Twitter no tiene (aún) posibilidad de publicar más de 140 caracteres o los hashtags en Facebook (por mucho que les pese) no son tan utilizados, publicar el mismo mensaje, ya sea de forma manual como automática, en ambas redes, es una utilización poco práctica de estos canales sociales. Lo mismo sucede con el resto de redes sociales y entornos online. Debemos adecuar nuestro mensaje a cada sitio, así como aprovechar la jerga de cada uno para llegar mejor a nuestros seguidores y reflejar así nuestra capacidad de adaptación.