En anteriores artículos hemos dejado claro que la reputación online afecta directamente al mantenimiento de un trabajo. Este hecho parece ser inevitable. Lo cierto es que probablemente en el futuro sea incluso todavía más influyente.
Pero el artículo de hoy no trata sobre este aspecto, sino sobre uno anterior, el relativo a la contratación de personal. Todo el mundo conoce el proceso tradicional. Se envía un currículum (actualmente casi siempre online) y se expone tanto datos personales como formación profesional.
El elemento de los datos personales, hasta hace unos pocos años, era simple formalidad y muy pocas veces influía en la decisión de la contratación o, al menos, no debería influir. El problema es que en la actualidad este elemento está siendo un paso más para conseguir un trabajo. Casi por defecto, los responsables de Recursos Humanos buscan el nombre y apellidos de la persona que solicita el trabajo y, salvo que haya restringido su privacidad, todas sus publicaciones y perfiles sociales estarán expuestos a desconocidos que, paradójicamente, solo están buscando un profesional.
Un argumento de este tipo parece exponer el dilema de forma muy clara. ¿Debería la reputación online influir en una contratación laboral? Parece que no debería hacerlo, ¿pero y si la reputación online sirve para conseguir el puesto de trabajo?
Muchos profesionales cuyo medio de trabajo es Internet, aprovechan la Red para mostrar lo que son capaces de crear o los éxitos que han obtenido. Un Community Manager puede publicar un blog profesional que deje patente su conocimiento. Muchos músicos anónimos consiguen contratos a través de YouTube.
Un contrato laboral en el que no existiese el nombre ni los apellidos, impediría a los interesados en el puesto de trabajo aprovechar estas herramientas promocionales y, por tanto, deberían limitarse al currículum escrito como ha sido siempre.
Solución: Cuida tu reputación online
La solución es difícil de aceptar, pero inevitable. Internet y las redes sociales están para quedarse y su relación con nuestro trabajo también. Debemos ser conscientes de lo que publicamos y qué límites de acceso ponemos, para dejar claro quién puede verlo y quién no.
En el vasto universo digital al que accedemos cada vez más horas al día, es difícil hacer esta distinción constantemente, pero de ello dependerá en buena medida nuestra reputación online, un elemento que cada vez es más inseparable de nuestra vida personal y profesional.