La reputación de un negocio no es algo ni mucho menos nuevo. De hecho, siempre ha sido un elemento importante para conseguir mantener una rentabilidad constante de lo que se comercialice.
Sin embargo, Internet ha traído nuevas normas al juego, al instaurar la reputación online, con su propia importancia y profundas diferencias entre reputación negativa online y tradicional. En este artículo te revelamos las más notorias.
Viralidad de una reputación negativa
Internet ha fomentado el efecto viral de la reputación online. Un comentario negativo puede propagarse por los cauces adecuados, entre millones de personas. Esto supone un riesgo potencial elevadísimo para cualquier compañía corriente.
Tradicionalmente, la reputación negativa no afectaba más allá de los conocidos de los clientes y, en casos especiales, de los profesionales del sector. Por tanto, su efecto cuantitativo era mucho menor.
Efecto proporcional de una reputación negativa
Sin embargo, la reputación negativa online no suele generar tanto daño como la tradicional. Aunque la viralización de un comentario negativo puede asustar, en realidad los usuarios que reciben ese comentario a veces no están interesados realmente en su compra o adquisición.
Por descontado, esto no omite la necesidad de solventar la situación, pero sí que comparativamente supone una diferencia que presenta con mayor impacto la reputación tradicional.
Esta se basa en el «boca a boca». Y esta práctica solo se hace con conocidos, amigos y familiares. Ante la recomendación de no ir a un establecimiento a comprar un producto o contratar un servicio, las posibilidades de rechazo si se recibe un comentario negativo de un conocido son altísimas.
Por tanto, a nivel proporcional, un comentario negativo entre dos personas conocidas, va a causarnos un impacto mucho mayor que si un usuario anónimo lee la opinión personal de otro usuario, con el que no guarda relación alguna.
Conclusión sobre la reputación online
Debemos ser conscientes de las características de cada tipo de reputación online, pero también identificar la importancia que hoy en día tienen ambas.
Es más, nunca debemos descartar la complementariedad. Alguien insatisfecho en una compra, que publique una opinión negativa en un perfil social, probablemente mantendrá este comentario con amigos y familiares, con el fin de trasladar la viralidad de su opinión al mundo real.
Por tanto, la conclusión cabría ser que, más que nunca, nuestra preocupación por intentar conservar una reputación online y presencial, lo más positiva que nos sea posible.