Una crisis de reputación online o el estallido de una serie de críticas en redes sociales es temido tanto por personas por su marca personal como por las empresas por su reputación online. Siempre hemos destacado la importancia de trabajar por proteger nuestra reputación online pero sobre todo, por potenciarla y hacerla creer. Como se suele decir en otros ámbitos, la mejor defensa es un buen ataque y no podemos esperar a tener que defendernos ante una situación delicada sino que hay que esforzarse en seguir mejorando y hacer crecer nuestra reputación online.
El motivo es bien sencillo y es que recuperarse de una crisis de reputación online cuando anteriormente no nos habíamos molestado en elaborar una presencia efectiva en los medios sociales es muy complicado. Es por ello, que si no prestamos atención desde el primer día a cuidar y gestionar nuestra reputación, el día que esta se vea afectada, puede ser una auténtica labor titánica recuperarnos de un golpe tan duro.
Nos hemos encontrado en muchos casos donde un estallido en redes sociales ha provocado crisis de reputación online muy grave a las empresas. Sin embargo, después de la tormenta siempre llega la calma y es el momento de evaluar cuáles han sido sus consecuencias. En el caso de las empresas que se han molestado en construir una imagen sólida en internet y cuidar hasta el último detalle para gozar de una buena reputación online, salir de este bache es mucho más sencillo. Es cierto que se pueden perder clientes, adeptos o seguidores, pero será mucho más fácil volver a trabajar en la dirección correcta pues aún se mantiene una base fiel de consumidores o seguidores que apoyarán la empresa.
Cuando este trabajo no se ha realizado previamente y no contamos con una base que confía en nosotros a pesar de haber cometido algún error, ¿cómo vamos a convencer a alguien de que confíen en nosotros si no tienen referencias positivas previas?