Hay que tener claro que una buena reputación online no es garantía de calidad de una empresa, de la misma manera que una empresa con garantía de calidad no siempre disfruta de una buena reputación online.
Ambos aspectos de la trayectoria profesional de empresa o marca están diferenciados y siguen caminos distintos que, en ocasiones, pueden ser complementarios pero aún así no se influyen directamente.
La garantía de calidad es algo que debe perseguirse siempre. Los certificados, sellos oficiales, nuestros propios clientes, los premios conseguidos y los años de experiencia acumulados avalarán la garantía de calidad de una empresa.
Cualquiera de estos factores, siempre que se haya obtenido, debe mostrarse en nuestro website, así como en todos los entornos digitales y presenciales posibles, dado que certifican la calidad profesional de nuestros productos o servicios.
Al contrario de la reputación online, la garantía de calidad es inamovible. El premio conseguido es un reconocimiento a un objetivo alcanzado, los clientes que forman parte de nuestros proyectos son una demostración incontestable de nuestro potencial comercial y los certificados oficiales sirven para constatar nuestra calidad fuera de toda duda, con una comprobación realizada por una parte imparcial.
La reputación online, en cambio, puede fluctuar. Si analizamos los resultados de búsqueda descubrimos que las posiciones van cambiando entre noticias, foros de opinión, comparadores, redes sociales y websites corporativos.
Además, no es algo que podamos controlar. Lo que podemos realizar es aplicar una estrategia de reputación online, pero no tenemos garantizados los resultados que obtendremos, ni mucho menos el tiempo que tardaremos en lograrlos, a diferencia de un sello de calidad que podemos poner o quitar de nuestro website de forma completamente inmediata.
Una reputación online, de hecho, no es garantía de calidad ni aún en su versión positiva. Las opiniones de otros clientes o usuarios y una presencia saludable en Internet sólo presenta a la empresa con un respaldo de su comunidad virtual considerable, pero en ningún momento certifica que la empresa pueda ofrecer unos mínimos de calidad por encima de las exigencias de otros clientes. Del mismo modo, dicha reputación online puede ser saludable tanto para una empresa con un pasado histórico, como también para una empresa recién creada, aunque en este caso la cantidad de resultados favorables será lógicamente inferior.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre garantía de calidad y reputación online positiva. Con ambos factores apoyando la confianza en nuestra empresa, la presencia en Internet será la más óptima posible.