No ha sido un caso de crisis de reputación online, pero tampoco de éxito. Se trata en realidad de un nuevo suceso relacionado con este ámbito que tiene a L’Oréal en el centro del debate.
Caso de reputación online en L’Oréal
El caso en cuestión trata sobre la dimisión de la modelo británica Amena Khan, que protagonizaba una campaña para la firma en la que se anunciaba como la primera en llevar hijab. El motivo de su decisión está basado en unos tuits que publicó la modelo en 2014 criticando la política de Israel.
Con un mensaje en sus redes sociales, la modelo anuncia su dimisión y su defensa por la diversidad.
L’Oréal reacciona de forma rápida y correcta, pero después de arriesgarse
Ante situaciones en las que una persona protagonista de una campaña publicitaria o de una posición promocional respecto a una marca, decide desmarcarse antes de finalizar su contrato, nos encontramos ante una potencial crisis de reputación online.
En este caso, Amena Khan dimite por decisiones personales propias y ajenas a L’Oréal, por lo que la compañía supo reaccionar rápidamente y de forma correcta, respetando la decisión de la británica y defendiendo también dicha diversidad.
Sin embargo, el riesgo ha sido infructuoso. La contratación de un profesional que va a tener esta repercusión mediática, debería ir precedida de una investigación sobre su estatus en Internet, para confirmar que encaja perfectamente con el motivo de la campaña y la filosofía de la empresa.
En todo caso, es más grave todavía que L’Oréal se haya querido arriesgar tanto con una campaña como la de Amena Khan como también con una contratación de la profesional sin conocer antes su postura respecto a un tema tan conflictivo.
Previamente la firma de cosmética francesa sí sufrió una crisis de reputación online, al contratar a Munroe Bergdorf, mujer británica transgénero con raíces jamaicanas, que protagonizó una polémica racial al acusar a la gente blanca por su violencia racista. La campaña de L’Oréal, una vez más, trataba sobre la diversidad.
La diferencia con este caso es que Munroe Bergdorf no se retractó de lo dicho. La firma francesa se desmarcó tanto de estas declaraciones como de la propia activista, lo que motivó una mayor crítica hacia la compañía.
Este precedente expone el riesgo que supone no realizar una detallada estrategia publicitaria en la que la contratación de figuras públicas puede tener una gran repercusión. El riesgo de contratar a Amena Khan al final no ha resultado en una crisis de reputación online, pero tampoco le genera a L’Oréal ningún beneficio promocional.