Nuestra reputación online siempre está en juego en Internet. Sin embargo, algunos perfiles de usuarios concretos amenazan con mayor peligro esta imagen corporativa positiva y atractiva que queremos ofrecer.
En este artículo identificamos los principales perfiles de usuarios que amenazan nuestra reputación online y cómo podemos evitar las consecuencias de sus acciones contra nosotros.
Trolls de Internet
Los trolls son usuarios que buscan dinamitar la convivencia del resto de seguidores. Actúan en cada publicación, crean ellos contenido, invaden el entorno digital con SPAM o simplemente critican por criticar de forma asidua.
Su participación hace casi impracticable ser seguidor de una página sin que suponga una molestia y, por tanto, perderemos seguidores y usuarios potenciales por la presencia de trolls.
Nuestra acción debe ser contundente. Debemos bloquear y denunciar a estos usuarios, por el perjuicio que están causando contra nuestra empresa y página en la red social correspondiente, si es el caso.
Enemigos de la empresa
Toda empresa tiene sus detractores. Van a criticar cualquier novedad comercial que promocionemos y aprovecharán todo el contenido que puedan, para reflejar nuestra imagen corporativa de forma negativa.
Hay varias formas de actuar contra los enemigos de una empresa. La más importante es construir una propia comunidad de usuarios que, de forma voluntaria, puedan contrarrestar estos ataques.
Por otra parte, debemos plantear un servicio o producto, que destaque por sus cualidades positivas y minimice las negativas. Así les daremos menos argumentos para que sigan con su campaña contra nosotros.
Clientes descontentos
Los clientes descontentos pueden ocasionar una grave crisis de reputación online si no gestionamos bien nuestras acciones.
Lo ideal sería prevenir esta situación, reforzando nuestra atención al cliente, pero no siempre es posible.
Si hay un cliente descontento que así lo refleja en medios digitales donde podemos actuar, debemos hacerlo cuanto antes, solícitos, amables y con una voluntad de que el cliente quede por fin satisfecho.
Si el cliente no tiene la razón, debemos argumentar de una forma clara y amistosa, por qué consideramos que su postura es incorrecta y, a pesar de ello, es preferible buscar una solución que satisfaga a todas las partes.
Competencia desleal
Uno de los mayores peligros de Internet es la visibilidad que tiene nuestra empresa. Esta situación permite la acción de empresas rivales contra nosotros, a veces de forma oculta, imponiendo una competencia desleal muy peligrosa.
No siempre termina de forma negativa. El humor muchas veces ha prevenido una crisis de reputación online entre dos compañías. Como siempre, la buena relación interempresarial puede evitar problemas de este tipo.