Internet ha traído nuevas formas de entender el mercado de trabajo. La entrega de currículums de forma física en las empresas ha dejado paso al envío telemático de los mismos o a la cumplimentación de formularios online donde la empresa obtiene la información que necesita. Existe incluso la posibilidad de realizar parte del proceso de selección de forma online, como por ejemplo pruebas de idiomas, test de aptitud, etc. Sin embargo, Internet no solo ofrece ventajas a los demandantes de empleo, sino que también los reclutadores han encontrado en él una poderosa herramienta.
Gracias a Internet los reclutadores disponen de una valiosa fuente de información en la que conocer aspectos de los candidatos que quizá no sean revelados por ellos mismos. En este sentido las redes sociales juegan un papel muy importante, pues a través de ellas los reclutadores pueden conseguir mucha información sobre los candidatos.
Por todo ello, es importante tener en cuenta que todo cuanto se haga en las redes sociales puede tener relevancia de cara a obtener un futuro empleo. Se trata, por tanto, de llevar cuidado con el uso de los perfiles sociales, pues de ellos depende tu reputación online y la imagen que pueden formarse de ti los reclutadores.
La información que un reclutador puede obtener a través de un perfil en una red social es muy variada. Además de la información más básica, como por ejemplo el nombre, el lugar de residencia o la edad, los reclutadores también pueden obtener información de otro tipo. Por ejemplo, pueden conocer el nivel de redacción de la persona, sus aficiones, su creatividad, su opinión respecto a determinadas cuestiones, etc.
Cualquier publicación, por irrelevante que parezca, puede servir como fuente de información para los reclutadores. Por tanto, si quieres tener una buena reputación online y dar una buena imagen a los reclutadores, procura llevar cuidado con aquello que publicas en tus perfiles sociales.