Las redes sociales se han convertido en un punto de encuentro de millones de usuarios, de entre los que algunos pocos han conseguido cierta notoriedad. Son los denominados «influencer», es decir, gente con influencia.
La razón de esta influencia es puramente cuantificable, es decir, ya que han conseguido muchos seguidores, una publicación de ellos es leída por muchos usuarios y, en la mayor parte de los casos, es atendida con interés.
Planteamos en este artículo qué podría suceder si un influencer o usuario con influencia ataca uno de nuestros perfiles personales o profesionales a través de alguna red social, algo que normalmente se da en Twitter, pero que podría tener repercusión en Facebook, YouTube, Instagram o cualquier otra red social existente.
En primer lugar se aconseja la prudencia y la paciencia. Una respuesta precipitada podría malinterpretarse o caer directamente en errores, que serán aprovechados para que la crítica sea incluso viral, con efectos devastadores sobre la reputación online a todos los niveles.
Una de las mejores acciones que puede hacerse es esperar a una reacción de sus propios seguidores o de los nuestros, con lo que exponemos así un doble sentido. Por un lado, que dejamos el debate abierto sin censura y aceptamos cualquier crítica, por negativa o irracional que sea. En segundo lugar, que las redes sociales no son lo que más nos interesa a nivel profesional, tenemos nuestro negocio, nuestras responsabilidades y damos la prioridad a la red social cuando es posible y necesario. En resumen, minimizamos la importancia de la situación.
Posteriormente llega el turno de actuar. En caso de ser una crítica con bases reales, las disculpas y la acción para solucionarlo son los mensajes que deben transmitirse. Se consigue con ello una posición de fuerza respecto a las críticas, porque lejos de provocar un debate dialéctico digital, se convierte la situación en una relación de solicitud y respuesta, dejando así de lado a todos los usuarios que hayan interactuado y únicamente dando prioridad de respuesta al influencer.
Por último debe aplicarse una estrategia de arrastre. El influencer tendrá que seguir publicando para mantener el ritmo de su actualización, por lo que es muy posible que pronto su publicación vaya desapareciendo. Sin embargo, nosotros también debemos anteponer otra serie de mensajes más favorables e interesantes a nivel profesional por encima de la crítica. Para ello, debemos aplicar con rigurosidad nuestro ritmo de actualización e incrementarlo durante un tiempo levemente. Conseguiremos de esta forma que cuando un nuevo seguidor entre a nuestro perfil encuentre nuestros mensajes o los de otros usuarios más positivos y favorables que la crítica o el ataque de un influencer.