Nunca es fácil escribir sobre un tema tan escabroso como el que ha ocurrido recientemente esta semana con Terra Mítica. El motivo es la muerte de un joven turista Islandés de 18 años tras salir despedido de la atracción «Inferno», una montaña rusa con giros de 360º y que alcanza una velocidad de hasta 60 km/h.
Está claro que no existe peor escenario y cualquier cosa que se diga puede ser insuficiente. Desde Terra Mítica se lanzó un comunicado oficial asegurando que el parque de atracciones ya había puesto en marcha las investigaciones pertinentes para determinar que podía haber ocurrido. Es lo que se debe hacer y lo que se esperaba por parte de la dirección de Terra Mítica, sin embargo, el comunicado ha causado cierto resquemor entre muchos usuarios y se ha comentado en redes sociales.
¿El motivo? Al mismo tiempo que se está investigando qué ha podido ocurrir una portavoz del parque aseguraba que no sabían que había podido ocurrir pero el arnés no había fallado. Sin embargo, la Policía parece que no lo tiene tan claro y de hecho todo apunta a que fue el sistema de seguridad el que realmente falló ya que tanto la barra protectora como el cinturón se rompieron. Esta hipótesis además queda reforzada por una testigo que asegura que cuando iba a parar la atracción el sistema de seguridad falló.
Desde las redes sociales se critica que sin conocer la causa real del accidente, desde Terra Mítica aseguren que no ha fallado el sistema de seguridad. Se puede realizar inspecciones anuales exhaustivas, revisar la atracción diariamente y llevar un control estricto, pero los accidentes ocurren. Muchos usuarios se han quejado de la actitud de Terra Mítica de cerrarse en banda a que el sistema de seguridad no ha fallado como si fuera infalible. Está claro que en estas situaciones cualquier declaración es delicada y complicada, pero muchos hubieran preferido que simplemente se comenzara la investigación y se informara de ello antes y no que se negara desde un principio las hipótesis que más perjudican al parque de atracciones.