La reputación online puede seguir muchas estrategias distintas, en función de los clientes que se gestionen y también los objetivos que se planteen.
De forma general, estos son los tipos de reputación online y la dirección que tienen que seguir normalmente los diferentes clientes:
Reputación online de empresa
Suele ser la reputación online más normal. Está dirigida a presentar una imagen positiva de la empresa y a aprovechar los canales digitales para promocionar sus servicios y/o productos.
Los mayores riesgos de esta reputación online se centran en la calidad de lo que ofrecen y en dinámicas internas de la empresa.
Reputación online de establecimiento
Su reputación online está dirigida tanto a lo que ofrece como también a las propias instalaciones.
En la actualidad la seguridad sanitaria se presenta como el factor más importante de su gestión, aunque siguen estando otros como el trato al cliente, la calidad de sus productos y también otros elementos propios del cuidado de las instalaciones.
Reputación online de producto
La reputación online de un producto no suele tener demasiados inconvenientes. Su presencia digital es casi siempre promocional y solo puede tener problemas si la calidad no llega a las expectativas puestas.
Indirectamente sí puede sufrir crisis y ataques, derivados de una acción de la empresa que haya podido causar una polémica. Por ejemplo, en el proceso de fabricación del producto o incluso en el trato a consumidores.
Reputación online profesional
Este tipo de reputación online se diferencia de todas las anteriores porque se dirige a una persona en exclusiva y no a una empresa y todo lo que conlleva.
En estos casos se mide sobre todo las acciones profesionales, por ejemplo, participaciones en ponencias o anuncios de desarrollos en alguna empresa que dirija o en la que trabaje.
Sin embargo, las crisis de reputación online no suelen derivar de acciones profesionales, sino personales, de ahí la complejidad de la gestión en esta tipología.
Reputación online de famoso
Con gran diferencia, la gestión de la reputación online de una personalidad famosa, ya sea del séptimo arte, de la política o de cualquier otro ámbito ligado a la popularidad, es la más difícil de todas las tipologías de clientes.
La masiva cantidad de seguidores, que muchas veces llegan a los millones de personas, hace muy complicado tener publicaciones que no susciten ataques y críticas.
Más difícil todavía es gestionar una acción polémica de esa persona o unas declaraciones poco afortunadas.
La pérdida y ganancia de seguidores en redes sociales es constante y cuantiosa. Lo importante es mantener en la medida de lo posible una positiva imagen de esa celebridad y que no afecte negativamente a su trabajo.