La participación en Internet, ya sea a través de redes sociales o de cualquier entorno online que permita la interacción, siempre representa una oportunidad para conseguir promocionar nuestro sitio web o empresa.
Pero igual que representa una oportunidad, también es un riesgo potencial, de que realizando una publicación inadecuada, suframos en nuestra reputación online.
Suele creerse que es fácil identificar las publicaciones que deben evitarse, pero en realidad muchas veces se comete un error sin querer, que puede dañar directamente nuestra reputación online. Os mostramos aquí tres sencillos ejemplos.
Publicar contenido con faltas de ortografía
Si somos la imagen o la “voz digital” de nuestra empresa, publicar contenido con faltas de ortografía o, simplemente, errores de edición (por ejemplo usando emoticonos incorrectos), representa falta de profesionalidad y de seriedad en este tipo de acciones.
En el mejor de los casos solo obtendremos la desconfianza de los usuarios. En el peor recibiremos críticas y nuestras acciones comerciales perderán toda efectividad.
Hacerse eco de contenido viral no relacionado
Entre el desarrollo de las fake news y la saturación de contenido viral, compartir información que puede ser susceptible de una gran comunicación puede ser delicado.
Una publicación online de parte de una empresa no es un contenido que compartimos en WhatsApp o una opinión de Facebook entre amigos. Supone toda una comunicación oficial a nivel profesional.
Hacerlo de cosas triviales buscando la dinamización rápida del mismo tiene un alto potencial de ser criticado y denostado por parte de los seguidores, que puede que en poco tiempo dejen de serlo.
Podemos publicar contenido viral sin riesgo, por descontado, siempre que guarde relación con nuestro perfil social y comercial y tenga una cierta relevancia.
Promocionar publicidad de terceros
Es cierto que un sitio web puede servir para generar ingresos por publicidad, pero aprovechar redes sociales o incluso nuestra página web para ello, presenta ciertos riesgos.
En los sitios donde es una práctica no directamente relacionada, recibirá múltiples críticas. Se puede entender de un medio de comunicación online, pero no de una empresa corporativa.
Por otra parte, la publicidad encubierta puede ser aún más dañina. Podría desatar un escándalo que perjudicase de forma notoria a la marca, así como a todos los responsables de su comunicación en Internet.
Solventar estas situaciones no es fácil. A veces requiere rechazar o eliminar la campaña publicitaria, pedir disculpas y minimizar las acciones sociales en la Red, perjudicando irremediablemente nuestro potencial promocional.