Toda empresa quiere tener la mejor imagen posible. Mantener una reputación óptima es el objetivo a alcanzar, a través de las distintas estrategias que vamos poniendo en marcha.
Sin embargo, hay que tener claro dónde debemos ver reflejada y, sobre todo, dónde debemos cuidar lo mejor posible esa reputación.
En este artículo lo detallamos, identificando los entornos en los que debes invertir más, para buscar siempre la mejor reputación posible.
Reputación online en redes sociales
Por descontado, el primer sitio donde debemos fijarnos es en las redes sociales. De hecho, la reputación online hoy en día presenta sus características basadas, sobre todo, en qué opinan los usuarios de la empresa en estas plataformas.
La buena noticia es que en las redes sociales tenemos cierta capacidad de acción para moderar, responder e incluso actuar sobre determinadas publicaciones. Con una correcta estrategia y los recursos apropiados, podemos gestionar la reputación online en redes sociales hacia los objetivos que nos interesan.
Reputación online en buscadores
La reputación online más tradicional y también la que sigue siendo más compleja de gestionar, es la reputación online que nos ofrecen los buscadores.
Al realizar la búsqueda sobre nuestra empresa, no podremos controlar completamente los resultados que aparezcan y es posible que algunos no sean todo lo positivos que nos gustarían.
Las estrategias de reputación online en buscadores deben fijarse en muchos frentes, desde foros temáticos hasta noticias en medios de comunicación, blogs, portales de opiniones, webs especializadas, etc.
Es donde normalmente enfocamos todos nuestros recursos. Tenemos libertad de acción media. Podemos invertir en publicidad online para contar con resultados positivos. Pero actuar sobre resultados negativos indexados va a costarnos presupuesto, recursos y tiempo.
Reputación en el mundo real
En la actualidad, el entorno menos cuidado de la reputación es el mundo real, cuando representa en muchos casos la base sobre la que se apoya la reputación online.
En la vida real, nuestros clientes y consumidores, van a opinar sobre nuestros productos o servicios. Esta opinión no siempre van a ofrecerla a través de sus perfiles en Internet, sino que también se dará en conversaciones con otras personas y, sobre todo, en decisiones prácticas. Nuestra reputación marcará su decisión de comprar o no con nosotros.
Cuidar de esta reputación en el mundo real no es fácil. Debemos realizar inversiones publicitarias, estudios de mercado, acciones presenciales… todo lo que esté en nuestras manos para que, más allá del entorno digital, nuestra reputación mantenga una imagen positiva.