Recientemente se ha dado un caso relacionado entre un medio de comunicación y la red social de Facebook. La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha condenado a un medio de comunicación a pagar una indemnización a un usuario de la red social, por haber utilizado una imagen suya publicada en su biografía, como acompañamiento de una noticia.
Lo importante que nos ocupa es la razón argumental del juzgado, el derecho a la propia imagen de la que es propietario el usuario en base a su persona. Según el juzgado un usuario puede subir una fotografía suya, puede dejarla expuesta a unos pocos usuarios o incluso de forma pública, incluso puede (en muchas ocasiones debe) aceptar la utilización digital de la red social en base a almacenamiento de la información.
Pero sin una autorización expresa e inequívoca de que puede utilizarse esa imagen, los medios de comunicación, en los que se incluye además cualquier entorno de comunicación online como blogs, otras redes sociales o incluso páginas web corporativas, no tienen derecho a utilizar este tipo de imágenes.
La relación entre imagen y reputación online
Lo que parece un caso ajeno a la reputación online, tiene una gran relación con las imágenes publicadas en redes sociales. Una gran cantidad de ataques hacia marcas, empresas y, sobre todo, profesionales o usuarios en general en Internet, está apoyada por un recurso gráfico que permita acompañar o justificar esa publicación.
La sentencia del juzgado español implica la posibilidad futura de denunciar este tipo de acciones, con lo que se da una herramienta de contraste a los afectados por una crisis de reputación online, que se inicie o se refuerce en base a recursos gráficos personales, como las imágenes publicadas en un perfil personal.
La prevención, siempre es la mejor solución
Como siempre, aunque la ley respalde el derecho a la propia imagen, es recomendable no arriesgarse a que las fotografías personales sean utilizadas con estos fines, tanto si pudieran dañar nuestra imagen personal como profesional.
Recomendamos por ello siempre proteger las redes sociales y solo dejar acceso a aquellos usuarios que conocemos por distintos motivos, ya sea de manera personal como por trabajo, aficiones, etc. El objetivo sería no dejar expuesta una imagen que pudiera ser utilizada por cualquier otro usuario.
Del mismo modo, aunque tengamos protegido el perfil, se hace cada vez más recomendable no publicar fotografías que pudieran ser objeto de arma contra nuestra reputación online, o que pudieran perjudicarnos en absoluto, pues Internet y, más concretamente, las redes sociales, conforman un espacio público cada vez más accesible y, por tanto, arriesgado.