Los concursos y sorteos son métodos promocionales para cualquier página web y empresa con los que incrementar su comunidad de usuarios y atraer a clientes potenciales. Sin embargo, la proliferación de este tipo de acciones, así como la propia evolución de Internet y sus usuarios, ha motivado que sea un tema demasiado delicado como para hacerlo sin contar con profesionales, sobre todo si no queremos jugarnos nuestra reputación online.
Magnitud del concurso
En primer lugar hay que ser consciente de la magnitud del concurso. Lo ideal es ofrecer a los usuarios un producto o servicio disponible en la empresa, que no suponga coste o sea mínimo para la compañía.
La relación temática permite definir mejor la comunidad de usuarios que va a estar interesada en este tipo de acciones online. Por otra parte, una equivalencia lógica entre el coste del premio y su valor para la empresa impedirá que suponga un riesgo excesivo o que la magnitud del concurso se extienda mucho más de lo que necesitamos, lo que dificultaría su correcto desarrollo y podría suscitar críticas por una mala gestión.
Fiabilidad del concurso
La parte más importante en cuanto a la reputación online derivada de un concurso es su fiabilidad. Publica las bases legales, enlázalas claramente y expón sin lugar a dudas el mecanismo del concurso en todas las plataformas escogidas (desde página web hasta redes sociales).
En la actualidad, la visualización del producto o regalo, así como de los organizadores y, sobre todo, de la elección del ganador, es muy importante. YouTube ha permitido aprovechar su plataforma para que estos vídeos en directo puedan servir de máxima fiabilidad, por lo que aconsejamos su utilización, siempre sobre una base de datos de participantes que haya descartado a concursantes inválidos o que no cumplan las bases.
Mecanismo del concurso
En tercer lugar, a la hora de pensar cómo va a funcionar el concurso, es necesario limitar las posibles polémicas y crisis de reputación online que pudiera suscitar.
Aunque la viralidad de un sorteo o concurso pueda ser muy atractiva, si se trata de un tema polémico podría causar demasiado daño a la imagen de la empresa. De hecho, algunas compañías han tenido que cancelar concursos y pedir disculpas, al haber intentado realizar la promoción con un tema demasiado sensible.