Cuantas veces habremos leído sobre la importancia de cuidar nuestra reputación online, vigilar lo que decimos, ser cautos, trabajar nuestra marca personal y un largo etc. Sin embargo, en ocasiones existen ciertos factores que se escapan a nuestro control en cierto modo y que finalmente puede afectarnos también de forma directa e incluso ser muy perjudiciales para nuestra propia reputación. Es por ello que más allá de preocuparnos por nosotros mismos, es importante también saber con quién nos codeamos y con que tipo de personas nos relacionamos porque en ocasiones, la mala reputación puede llegar a ser contagiosa.
«Asóciate con personas de calidad humana si estimas tu reputación‘ George Washington
¿Estás de acuerdo con esta afirmación? Parece ser que el primer presidente de los Estados Unidos tenía muy claro que la reputación de una persona no sólo se ve afectada por sus propios actos sino también por la de los demás. El padre fundador de los Estados Unidos por tanto nos recuerda que nuestras relaciones y las elecciones personales que realizamos de quienes nos rodean también son parte de nuestra reputación. Lo cierto es que no tiene mucho sentido ser contrario a una forma de pensar o actuar si luego, estás siempre rodeado de personas que comulgan con lo que supuestamente tú no compartes.
Por lo tanto, las relaciones personales tanto en el pasado como hoy en día, también afectan a la percepción que las personas puedan tener sobre nosotros como de nuestra empresa. Es lógico pensar que por muy buena reputación que por ejemplo tenga tu empresa de forma aislada, si esta llega a un acuerdo de colaboración con una empresa cuya reputación está dañada, tu negocio pueda verse afectado. Por ello, a la hora de cuidar nuestra reputación, también debemos prestar atención con quién establecemos relaciones.