La confusión respecto al concepto de privacidad es uno de los mayores problemas a los que suele enfrentarse un gestor de la reputación online de trabajadores profesionales con cierto reconocimiento público.
Es un tanto curioso el hecho de que mientras no existía Internet, la imagen pública de la imagen privada solían estar claramente diferenciadas, con excepciones como en todos los casos, pero casi siempre separado el entorno familiar y personal del estrictamente personal.
El problema comienza cuando en un mismo perfil de Facebook se contacta con un amigo de la infancia y, al mismo tiempo con un proveedor internacional. Nunca en la vida real quedarías con ambos a la vez, sin embargo en una red social los tienes en la misma página de contactos, sin pararte a pensar que las fotografías que publiques de tus vacaciones las podrán ver ambos, salvo que ajustes de forma muy concienzuda la privacidad de tus publicaciones.
La solución es exactamente la misma que había antes de Internet, se deben diferenciar ambos conceptos. De hecho, Facebook es una red social que permite dicha diferenciación de forma muy clara, mediante la creación de un perfil o de una página.
La confusión no es culpa exclusiva de los usuarios, muchas veces Facebook ha tenido que ajustar sus propias funcionalidades para ofrecer un mejor uso de su red social, de acuerdo a las circunstancias. Y no son pocos perfiles los que han solicitado esta transformación en página.
Lo que sí es menos frecuente es que un usuario se plantee la publicación de una página profesional, salvo en aquellos casos en los que hablamos de figuras con repercusión pública como políticos, estrellas de la televisión y del cine o cantantes, por ejemplo.
Pero lo cierto es que cualquier profesional puede tener su página en Facebook, aglutinar en ella los contactos profesionales y comunicarles tanto novedades del sector en el que realiza acuerdos comerciales, como también de su propia empresa, producto o negocio, aprovechando al mismo tiempo las enromes ventajas de una página con respecto a las limitaciones de un perfil en esta plataforma.
Pese a todo, la diferenciación de ambos conceptos es recomendable que se gestione por profesionales, dado que así se evitará cualquier crisis de reputación online o, al menos, se sabrá tratar de forma efectiva.
Y, mientras la reputación online está salvaguardada por los profesionales en la página correspondiente, salvo problema en los resultados de búsqueda, se recomienda cierta privacidad en el nombre del perfil personal, algo más recomendable todavía en el caso de que el perfil profesional sea especialmente conocido.
Una red social es un entorno de contacto con otros usuarios. Pero en el momento en el que publicamos nuestro contenido personal, debemos diferenciar distintas vías de comunicación en base a quién van dirigidas nuestras publicaciones. Si es algo que sólo deseas mostrar a amigos y familiares, mantén la publicación en el perfil personal y traslada cualquier atisbo profesional a una página, donde podrás publicar contenido relacionado de forma mucho más efectiva y segura.