Uno de los aspectos básicos en la protección de la reputación online de nuestra empresa, producto o marca es el relativo al dominio. Ya sabemos que, como es lógico, el nombre que representa nuestros intereses en redes sociales y perfiles de todo tipo debe estar protegido, aunque sea mediante un registro fugaz que nunca más se aprovecha de forma activa.
Sin embargo con el tema de los dominios es algo más complejo, ya que las opciones son muchas y las estrategias dependen de una gran cantidad de factores externos. Tenemos claro también que nuestro nombre en el dominio de la competencia puede afectarnos negativamente e incluso hacernos perder negocio, pero contratar todas las extensiones de dominio posible es un tema caro y complejo. ¿Qué hacer entonces?
En inicio, lo que debe preocuparnos es qué extensión de dominio comprar, uno local o un .com. Hay que tener en cuenta que el .com siempre tendrá mayor prestigio y proyección internacional, pero si lo que queremos enfatizar es la cercanía y la vinculación con nuestro público, un dominio local es la mejor opción.
En caso de elegir el local y, de forma menor, al escoger el .com, siempre queda la duda de si vale la pena reservar el dominio alternativo e incluso el famoso .net. Casos extremos recomendarían incluso el .biz y similares.
Para hacer la mejor elección, hay que tener en cuenta si el presupuesto para ello nos lo permite, si la reputación online de nuestra empresa o marca realmente corre peligro o, en caso de tratarse de un dominio genérico, si queremos/podemos permitirnos dejar libre para la competencia la contratación de estos dominios.
Pongamos varios ejemplos para comprenderlo mejor.
Si la decisión corresponde a una empresa como Coca-Cola, el presupuesto y el riesgo obligan a la contratación de todos los dominios posibles, independientemente de su extensión.
Si nuestra empresa es un complejo hotelero o algún negocio con proyección internacional, es preferible adquirir el .com y todos los locales necesarios, incluso aunque trabajemos con subdominios o carpetas para dicho contenido. Sin embargo, extensiones anexas no son recomendables, ninguna empresa querrá competir contra nosotros por ellos y no suponen una pérdida de posicionamiento.
Por último, si nuestra empresa tuviera la combinación de palabraclave+ubicación.com, probablemente los dominios locales no sean interesantes, pero si podemos adquirir los internacionales evitaremos que la competencia nos quite unas posiciones importantísimas para nuestro negocio.
Queda además la coyuntura de las nuevas extensiones de dominio que, en varios idiomas y con una combinación que se plantea casi infinita, permite identificar el dominio con su sector como las .shop, .wine, .shoes, etc. Parece una oportunidad específicamente centrada en comercio electrónico, donde puede ser realmente efectivo a nivel de marketing. Sin embargo, todavía es algo muy reciente y su aceptación social y la capacidad de recordar el dominio es mucho menor que el incombustible .com.